Manual de Didáctica de las Artes para Educación Inicial

El presente es un libro publicado por Alejandro Ramírez Pérez en 2017 el cual aborda la educación artística como recurso para la generación de estrategias didáctica que colaboren en el logro de los objetivos de aprendizajes explicitados en las Bases Curriculares de Educación Parvularia. Por medio de este manual se puede conocer cómo desde la Literatura, Artes Visuales, Expresión Musical, Teatro, Folclor se pueden crear nuevas formas de enseñanza elaborando recursos didácticos para la potenciación de autonomía, identidad, Desarrollo del pensamiento lógico-matemático, lenguaje verbal, en síntesis, el arte y sus lenguajes como vehículo de enseñanza de áreas no artísticas del conocimiento. 

Como presentación de este libro, Ramírez (2017) sostiene:

Hoy se hace tremendamente necesario reposicionar el arte como estrategia didáctica para ser implementada en los diversos niveles de la educación en el mundo. El arte, cuando se trabaja con este propósito logra resultados altamente significativos, potenciando a cada momento a educadores y educadoras respecto de sus habilidades y talentos, no necesitando grandes inversiones en dinero para implementar infraestructura ni materiales didácticos, solo la capacidad creadora de cada docente será suficiente para seducir, motivar y potenciar a sus educandos alcanzando altos índices en términos de logros cognitivos, sociales y emocionales, y en este sentido, la didáctica basada en lenguajes diversos del arte aportará un amplio espectro de posibilidades, fortaleciendo la habilidad innovadora de educadoras y educadores (p. 104).  

Uno de los contenidos del presente libro son "Los Cotidiáfonos"

Como aporte, se comparte a continuación un extracto del capítulo referido a los cotidiáfonos.

1.1 Cotidiáfonos

Encontré en los objetos de uso cotidiano materiales que la sociedad de consumo nos proveía a raudales el puente que estaba buscando. La exploración de estos materiales, su organización temporal, el trabajo grupal y más tarde la grabación me acercó al sonido, a la música concreta y a los cambios que la composición contemporánea proponía desde un sitio estimulante y posibilitador. Cuando pude sistematizar este enfoque de trabajo, cuando le di forma para la transmisión, comencé a difundir estas ideas en numerosos cursos de capacitación docente en mi país y en el exterior (Díaz, 2013, p. 106).

Un recurso creativo, atractivo y estimulante que ofrece una infinidad de posibilidades de juego y de estrategias son “los cotidiáfonos”. Tal como su nombre lo indica son instrumentos sonoros (musicales) que están construidos por materiales cotidianos de reciclaje: tarros y envases de alimentos o detergentes, cartones, conos de toalla absorbente o de papel higiénico, semillas o granos de arroz, frijoles, lentejas, etc., todos los materiales sirven.

Podemos dividirlos en dos tipos: cotidiáfonos simples y cotidiáfonos compuestos. Los simples son aquellos que no requieren de mayor elaboración más que relacionar dos o tres materiales, ejemplo: dentro de un tarro metálico disponer un puñado de frijoles, lentejas, o arroz; como también coser una golilla metálica grande a un trozo de elástico y disponerlo alrededor del zapato con la golilla hacia abajo y esta sonará al momento de percutir el suelo con el pie, entre una amplia gama de posibilidades.

En el caso de los cotidiáfonos compuestos, estos requieren más elaboración e ingeniería, acá es necesario, para su elaboración, un set de herramientas más o menos completo que incluya pinzas, alicates, taladro eléctrico, sierra para cortar metal y madera, etc. Y un espacio de trabajo, que permita elaborar los instrumentos lejos de los niños. En este caso, podemos señalar como ejemplo una caja de madera con perforaciones y elásticos de distintos grosores y tamaños, tensados, los que darán notas musicales. También un alambre, un globo, un tubo plástico con orificios el cual puede sonar como un interesante aerófono.  

Importante es saber que cada cotidiáfono debe ser nombrado a partir de los materiales con que está constituido,   por   ejemplo   si  el  material   con   más presencia en el instrumento son cucharas, ésta habrá de llamarse “cucharófono”; si son elásticos, “elasticófono”; en el caso de ser frascos, “frascófono”; etc. Lo creativo es que cada persona, educadora, niña o niño, le “invente” el nombre. Junto a esto, importante es NO DECORAR el cotidiáfono que hayamos construido, puesto que el niño y la niña deben hacer la relación, observando que con los mismos elementos que tienen en casa, la educadora fue capaz de crear algo diferente y muy atractivo, y que sirve para una actividad de recreación o para una experiencia de aprendizaje; a partir de la observación el niño entenderá el ejercicio de descontextualización de los materiales, y se creará una instancia de metacognición que lo estimulará significativamente. Si decoramos el cotidiáfono ya sea con papel de color, cintas, pintura, escarcha, etc. el educando verá algo atractivo en colores y tal vez en forma, pero le estaremos privando de una instancia metacognitiva al ver los mismos elementos que hay en casa pero esta vez cumpliendo un rol totalmente novedoso y entretenido. Por lo que se sugiere encarecidamente NO DECORARLO hasta una nueva etapa de trabajo, cuando esta primera esté asimilada.

 

1.1.2 Su Aplicación

(…) hemos comprobado que los cotidiáfonos son efectivos para el aprendizaje musical en infantil, hecho comprobado en los resultados, ya que la mayoría de los alumnos han conseguido realizar todas las actividades sin ninguna dificultad así como la consecución de los objetivos que nos hemos propuesto (…) Por lo tanto, concluimos que los cotidiáfonos son un elemento útil para el aprendizaje de los alumnos y les ayuda a desarrollar diversas aptitudes, como por ejemplo la discriminación auditiva. Al final de la propuesta de intervención, sin necesidad de ver el instrumento cotidiáfono, los alumnos sabían qué instrumento era el que sonaba (…) Podemos decir que los cotidiáfonos no son un simple término difícil de pronunciar, sino que son un elemento que ayuda a que los alumnos construyan su propio conocimiento y, de la misma manera, ayudan a aprender de una manera muy significativa y desde un campo tan importante como la Educación Musical, campo que siempre llama la atención a nuestros alumnos y que disfrutan y aprenden con él (Sanz, 2014, pp. 39-40).

Los cotidiáfonos simples son de características rítmicas, no melódica, que sirven para marcar pulso y velocidad a partir de un ritmo, se relacionan más bien con la naturaleza de instrumentos de percusión por lo que se recomiendan para actividades relacionadas, por ejemplo,  con el ámbito de Desarrollo Personal y Social,  en  aprendizajes  relacionados  con Sicomotricidad, Dominio de capacidades corporales, Adquirir destreza en el uso de instrumentos punzantes, Expandir capacidades motoras y de coordinación. También en el ámbito de Identidad, se pueden aplicar en aprendizajes como Expandir su vocabulario explorando fonemas, Iniciar progresivamente la conciencia fonológica; como así también en el ámbito Relación con el Medio Natural y Cultural, aprendizajes como Representar diferentes hechos de su historia personal a través de diversas formas de expresión.

En el caso de los cotidiáfonos compuestos, éstos pueden ser de naturaleza melódica (pero también rítmica), los que generan diversas notas o alturas musicales es decir, si la afinación lo permite, pueden interpretarse pequeñas secuencias melódicas, conocidas o improvisadas, lo que es altamente estimado por niñas y niños de educación inicial,  ya  que han sido testigos de la construcción del instrumento y que al ver, explícitamente los materiales cotidianos de los cuales está compuesto, le otorgará una instancia significativa de estimulación integral, tanto auditiva, visual, imaginativa e intelectual. La melodía de un cotidiáfono se puede conseguir, por ejemplo, usando cinco botellas de un mismo tipo, llenándolas con diferentes niveles de agua, las botellas se pueden percutir con una varilla metálica, o con dos vaquetas de madera en cuyas puntas hay dos tapas de goma adheridas con las cuales se percute en la boca de las botellas, en ambos casos el conjunto de botellas darán distintas notas, las que posibilitan la ejecución de una melodía, a este lo llamaremos botelláfono. Estos cotidiáfonos se recomiendan para el ámbito Interacción y Comprensión del Entorno, la mayoría de los aprendizajes de sus tres núcleos pueden ser abordados innovando en estrategias didácticas con su uso y aplicación.

Es necesario tener presente que la Didáctica es una ciencia dinámica que se está revisando y reinventando en todo momento, lo que significa que más allá de las sugerencias del presente libro, es urgente estar en constante revisión respecto de la estrategias que vamos usando en nuestro quehacer pedagógico, es decir, ésta es sólo una guía que busca como  propósito que las profesionales de educación inicial vayan creando su propias propuestas, innovando en su quehacer al momento de diseñar sus planificaciones, usando los diversos lenguajes artísticos como estrategia.